La investigación publicada recientemente se realizó con 90 hombres y mujeres con sobrepeso que fueron asignados a uno de tres grupos diferentes: dieta reducida en calorías e índice glucémico bajo, dieta reducida en calorías pero con alto índice glucémico o dieta sin restricción alguna. A todos se les ofreció recetas sanas y debieron incluir entre 5 y 7 porciones de patata a la semana.
Después de 12 semanas de estudio, se observó que los individuos de los tres grupos registraron una leve pérdida de peso sin diferencias entre sí, y tampoco se vieron cambios antes y después de la intervención, en los niveles de glucosa ni de la insulina circulante en sangre.
Lo más llamativo es que aun el grupo cuya dieta no tenía limitaciones de calorías ni de índice glucémico sufrió una leve pérdida de peso, por lo que, la patata no sólo no engorda, sino que podría tener cierto efecto beneficioso sobre el peso, quizá debido a su poder saciante.
Los resultados de este estudio muestran que la patata, elaborada de forma sana (cocida o al horno), puede incluirse sin problemas en una dieta cuando se busca perder peso, ya que además de ser un alimento que no tiene grasas y ofrece valiosos minerales y vitaminas, ha demostrado no producir aumento de peso ni consecuencias negativas en la salud del organismo.
Para los amantes de la patata, esta es una excelente noticia que confirma que la patata no engorda, sino que si sabemos incluirla en preparaciones sanas puede ofrecer grandes beneficios, aun cuando buscamos adelgazar.
Falta matizar, que la PATATA FRITA para nada es considerada como comida sana, y es que en el proceso de fritura absorve una cantidad de aceite similar a la cantidad de agua que tenía antes de ser cocinada.
