juanluvenegas

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lunes, 10 de febrero de 2014

LAS FRUTAS DESHIDRATAS (DESECADAS)

Como ya sabeis...., y si no es así aprovecho la ocasión para "lanzaros el guante"...muchos de los artículos que se publican en este blog están sugeridos por amigos y/o seguidores que gentilmente me escriben y me sugieren algunos de los temas ya abordados o a abordar....

Hoy escribo esta nueva entrada siguiendo la sugerencia de un amigo al que tengo gran estima y un enorme aprecio...

LAS FRUTAS DESHIDRATADAS

Los expertos en nutrición y dietética recomiendan consumir –al menos- 5 raciones de frutas y verduras, porque cuentan con una importante cantidad de nutrientes, vitaminas, fibra y agua, por lo que son sumamente beneficiosas para la salud.

Pero ¿qué sucede con las frutas desecadas? ¿Son igualmente beneficiosas para la salud? ¿O pierden vitaminas, minerales y nutrientes?

Durante el proceso de desecación de la fruta fresca, pierde drásticamente su contenido en agua, motivo por el cual la concentración de los nutrientes tiende a aumentar.

No obstante, por su abundancia en hidratos de carbono simples, contienen un elevado valor calórico, ya que por ejemplo las ciruelas secas poseen unas aproximadamente 163 kcalorías (cada 100 gramos), o bien las 236 kcalorías de los orejones de albaricoque (cada 100 gramos).

Pero no sólo tienen más hidratos y proteínas, en promedio 63% y 3% respectivamente, sino que tienen mayor contenido de vitaminas y minerales, entre los que se destacan calcio, magnesio, potasio, fósforo y vitaminas del complejo B, carotenos, vitamina A y E.

Si bien, su enorme sabor dulce, casi empalagoso, nos invitan a dosis más pequeñas, pero son un alimento perfecto para la comida pre-entreno, ya que combianadas con frutos secos (nueces, almendras, avellanas, etc. crudas) y plátano, nos ofrecerían carbo-hidratos de rápida y lenta absorción.

Además tiene un gran contenido en fibra soluble, lo que les confiere propiedades laxantes, a la vez que permiten que la liberación del azúcar en la sangre se realice de forma gradual.

Por otro lado, las frutas desecadas son una fuente grande de hierro, tal es así que, los orejones de albaricoques ofrecen 2,6 mg de hierro por cada 100 gramos, las ciruelas pasas 2,3 mg, los higos secos 3,3 mg y los dátiles 2 mg en igual cantidad de alimento.

Otras de sus ventajas son su contenido en betacarotenos, capaz de neutralizar la acción de los radicales libres y sobre todo, son generosos en potasio, que favorece la contracción muscular.

Las frutas desecadas se encuentran en el mercado todo el año. Hay que guardarlas en un lugar fresco y seco al abrigo de la luz. Si se quiere evitar que se resequen demasiado conviene introducirlas en un bote de cristal bien cerrado, pero nunca en bolsas de plástico, porque podrían enmohecerse.