juanluvenegas

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jueves, 9 de enero de 2014

EL LACTATO (ácido láctico) ES UNA FUENTE DE ENERGÍA NO EL CAUSANTE DE LA FATIGA


Nuevas investigaciones científicas sentencian que el lactato no causa fatiga, ni agujetas, ni tampoco dolor muscular, tampoco es un desperdicio, ni un metabolito de deshecho, si no es más bien todo lo contrario, es una fuente energética eficiente que nos ayuda a mantener y/o aumentar la intensidad de nuestro ejercicio.

Hasta ahora siempre se ha pensado que el ácido láctico era el causante de la bajada de rendimiento e incluso algunas marcas de suplementación se llenaban los bolsillos con los “inhibidores de lactato”.

El cuerpo utiliza varias vías metabólicas para proporcionar combustible a los músculos. Cada una de estas vías convierte un tipo particular de combustible en ATP, que es la molécula de energía que permite la contracción muscular. Cuando salimos a entrenar nuestros músculos se contraen continuamente para moverse y por lo tanto, demandan energía y la obtienen gracias a un proceso donde trasforma el alimento en energía, o sea nuestros substratos energéticos (carbohidratos, grasa y, proteínas en menor medida)  los convierte en ATP.

 Nuestro motor (metabolismo) utiliza  queroseno, gasolina y  diesel y; para momentos más complicados, degrada hasta el material del que está compuesto el propio motor para obtener energía (proteína). Existen cuatro tipos de combustible que se utilizan simultáneamente pero en diferente proporción.

Si hacemos un sprint rápido o un esfuerzo intenso de pocos segundos utilizamos queroseno (fosfocreatina). Cuando entrenamos suave utilizamos diesel (grasa) y conforme aceleramos empezamos a utilizar más gasolina (carbohidratos). Nuestro depósito de gasolina está limitado y si aceleramos mucho o no lo tenemos bien lleno se terminará pronto, sin embargo, el diesel (grasas) es prácticamente ilimitado.

Pero para obtener energía antes debemos de trasformar el glucógeno(almacén de energía) en glucosa (unidades más pequeñas), mediante un proceso llamado “glucogenolisis”, una vez tenemos la glucosa aún la “rompemos”  un poco más y la trasformamos en piruvato gracias a la “glucolisis”,  a continuación  pasa al interior de la célula, concretamente a la mitocondria que es donde se produce la “magia” para crear  energía (ATP) mediante la fosforilacion oxidativa y el ciclo de Kreb.

Esta producción de energía depende del oxígeno,  pero cuando el aporte es insuficiente, el piruvato sigue una ruta diferente y produce acido láctico (fermentación láctica), que a pH fisiológico, rápidamente se disocia a lactato.  Este lactato se transporta por la sangre bien hasta los músculos activos, los inactivos o hasta el corazón como fuente de energía, o bien hasta el hígado para transformarlo de nuevo en piruvato y mediante la gluconeogénesis genera de nuevo glucosa como fuente de energía.

Esta relación energética entre el musculo y el hígado se conoce como ciclo de Cori. En definitiva, cuando aumentamos la intensidad del ejercicio y el musculo requiere obtener mas energía, como el aporte de oxigeno es insuficiente para obtenerla, el organismo pone en marcha una ruta mas rápida  para generar  lactato como combustible, y como precursor de otra fuente de energía, la glucosa.

Como los antiguos paradigmas apuntaban, el lactato no produce fatiga  muscular ni rigidez en nuestros músculos en cargas de trabajo más altas. Por tanto,   aunque no cambiemos la metodología del entrenamiento, para no crear confusión, médicos deportivos y preparadores físicos  si deberíamos darle una vuelta a la terminología fisiológica que define, entre otros conceptos, nuestras zonas de entrenamiento, sobre todo en prueba de esfuerzo de laboratorio, ya que el lactato no es el mejor indicativo para definir nuestros “umbrales”, ni un predictor adecuado de nuestro rendimiento.

Hay que empezar a entender que no debemos entrenar la “tolerancia al lactato” si no más bien como utilizarlo eficientemente. El lactato es una fuente energética valiosa para nuestros músculos durante el ejercicio de alta intensidad, también para nuestro corazón. Y como tal, debemos empezar a tratarlo con respeto.