Si en algo coincidimos todos es que la ropa deportiva debe ser cómoda y tiene que aislarnos del exterior a la vez que transpire y evite la acumulación del sudor. Pero no solo nos podemos quedar en eso, sino que además es importante que cuidemos otros aspectos, sobre todo las partes del cuerpo que apenas están en movimiento y que son las que más se resienten con la llegada del frío.
Proteger la cabeza, el cuello y las extremidades
Este es el caso del cuello, la cabeza o las extremidades. Es cierto que cuando corremos o practicamos cualquier otro deporte la mayor parte del cuerpo está en movimiento y por lo tanto la temperatura aumenta haciendo que no tengamos frío. Aunque hay partes que están más expuestas porque son más delicadas y apenas entran en acción, y por lo tanto pueden perjudicarse a causa de esta exposición excesiva a las inclemencias climáticas.Para ello es importante que protejamos estas partes del cuerpo. A priori puede parecer que vamos a tener calor en ellas, pero no es ninguna tontería, ya que son las que primero se quedan frías y por las que podemos resfriarnos o padecer dolores derivados de ese exceso de frío. En el caso del cuello podemos ponernos un pañuelo o una braga para proteger la zona. En la cabeza con un gorro bastará para aislarla del frío.
En el caso de las articulaciones no es necesario, que como muchos piensan, nos pongamos rodilleras, tobilleras o muñequeras, ya que se trata de una prenda especial para mantener las articulaciones sujetas cuando tenemos una ligera lesión o malestar. Pero no es recomendable su uso en condiciones normales porque conseguiremos debilitar la zona pues los músculos apenas entrarán en acción. Por ello es mejor utilizar otras prendas como calentadores, mallas largas o camisetas de manga larga especiales para la actividad física.