En los últimos tiempos han aflorado los complementos deportivos en los que la estrella es la testosterona que nos aportan. Es cierto que la testosterona tiene efectos directos en el crecimiento y el desarrollo muscular, pero también es necesario que no sobrepasemos las cantidades recomendadas, ya que esto puede tener una serie de efectos negativos en el organismo que no podemos pasar por alto.
Actualmente existe una moda en suplementación deportiva y es echar mano de potenciadores de la testosterona, que nos darán más vigor y por lo tanto una mayor facilidad de crecimiento muscular, pues también haremos que el organismo asimile mucho mejor las proteínas, pero no todo lo que nos ofrecen es bueno.
Efectos físicos
En primer lugar debemos tener claro que el exceso te testosterona lo que hace es atrofiar los receptores DHT de los folículos pilosos y de la próstata, haciendo que perdamos el pelo con más facilidad y que aumentemos el riesgo a contraer cáncer de próstata. Junto a esto él hígado se puede ver resentido, ya que se obstruyen parte de las vías biliares.El aumento de colesterol total del cuerpo tiende a aumentar, mientras que el DHL, considerado como colesterol bueno reduce su cifra. De este modo el riesgo de padecer enfermedades cardiacas aumenta. A esto hay que sumar un empeoramiento del sistema inmune del organismo, aumentando el riesgo de que seamos vulnerables a los ataques que nos llegan del exterior.
La testosterona puede hacer que el organismo tenga dificultades a la hora de asimilar la glucosa, mientras que se produce una especie de resistencia a la insulina que segrega el propio organismo, de modo que aparece una especie de diabetes tipo II que no debemos pasar por alto y que puede acabar siendo crónica si no le ponemos remedio cuanto antes.