Queda claro entonces que nuestro objetivo para mejorar el rendimiento en el ciclismo será tener la capacidad de generar y mantener una potencia objetivo determinada.
El entrenamiento por potencia se basa entonces en utilizar como unidad de medida para el control y la planificación del entrenamiento los watios que somos capaces de producir.
Potencia y frecuencia cardíaca
En el mundo deportivo está mucho más difundido el entrenamiento por frecuencia cardíaca donde la unidad de medición para controlar el entrenamiento son los latidos por minuto. La clave está en que la FC está influenciada por muchos factores:
-Nivel de hidratación
-Temperatura ambiente
-Altitud
-Estado físico general (fatiga, inmunológico, etc.)
-Estrés
-Etc.
Todas estas variables afectan de forma apreciable el ritmo cardíaco quitándole fiabilidad a este método de entrenamiento.
A modo de ejemplo un ciclista que necesitó 162ppm para generar 300w puede, por efecto de una mayor temperatura ambiente, generar solo 280w con las mismas pulsaciones en otra sesión.
La potencia es entonces un método más preciso de entrenamiento y control ya que la unidad que registra es independiente de variables como: temperatura, viento, pendiente del terreno, nivel de hidratación, etc.
Otro ejemplo simple: Un triatleta que entrena por potencia solamente deberá concentrarse en mantener su potencia objetivo en el tramo de ciclismo para lograr un rendimiento óptimo allí y, además, no perjudicar su rendimiento en la etapa de carrera a pie. De ninguna manera utilizará parámetros como la velocidad promedio que se encuentran afectados por un sinnúmero de variables como viento, pendiente, etc. Si está atravesando un tramo con viento de frente y su velocidad es de solo 25km/h pero su potencia es la objetivo no debe perder la cabeza y realizar más esfuerzo ya que esto solamente lo perjudicará.
Esto es importantísimo ya que le permite dosificar de manera precisa e independiente su energía a lo largo de la prueba.