Llevando a cabo algunos consejos prácticos y una buena alimentación, se contribuye reducir el riesgo de aparición de varices, a mejorar el bienestar y a evitar un empeoramiento en la retención de líquidos (hinchazón de piernas).
Un exceso de sal en la dieta empeora la retención de líquidos y por tanto, agrava posibles edemas (hinchazón) en las piernas. No obstante, no se debe evitar o limitar en extremo la sal salvo en casos muy concretos (hipertensión) y siempre bajo supervisión médica y dietética.
Fibra y flavonoides; sustancias propias de vegetales
Existen
estudios que demuestran que una dieta rica en fibra reduce el riesgo de
aparición de venas varicosas. Quienes realizan una dieta pobre en fibra
hacen un mayor esfuerzo al defecar, lo que aumenta la presión a nivel
abdominal y provoca frecuentemente insuficiencia venosa en las piernas.
Esto debilita tanto la paredes de las venas como la pared del colon o
intestino grueso, aumentando el riesgo de aparición de varices o
hemorroides.Una dieta rica en verduras y frutas frescas, legumbres y cereales integrales, frutos secos y frutas desecadas, favorece el tránsito intestinal y una defecación sin esfuerzo y contribuye a reducir el riesgo de varices y hemorroides, además de mejorar el estreñimiento, tan común en las mujeres embarazadas. Se recomienda un consumo abundante de frutas (tres o más piezas al día) y verduras (tanto en la comida como en la cena, como ingrediente de primeros platos o bien como guarnición o acompañamiento de los segundos), por su contenido de fibra y flavonoides, estos últimos de acción antiinflamatoria y vasoconstrictora.
Agua y otros líquidos
Con una
adecuada ingesta de líquidos se facilita la eliminación de toxinas y la
depuración del organismo. La bebida ideal es el agua, pero también se
pueden tomar zumos, licuados de fruta y hortalizas, caldos suaves y
sopas, infusiones…, que permiten conseguir una adecuada hidratación
junto con los alimentos que componen la dieta.