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lunes, 20 de abril de 2015

LA GLUCOSAMINA Y LOS DOLORES ARTICULARES


La glucosamina es un aminoazúcar que se fabrica de manera natural en el organismo, y que se concentra especialmente en las articulaciones y en el cartílago. También se encuentra en el marisco, de donde derivan los suplementos de glucosamina, utilizados principalmente para mejorar la salud de nuestras articulaciones.

¿Cómo actúa la glucosamina?

La glucosamina se absorbe de manera limitada a través de los intestinos, por lo que el porcentaje de glucosamina que es capaz de llegar a nuestros tejidos sería de un 26%.

Una vez penetra en nuestros tejidos, nos  ayuda a que el índice de degradación de colágeno de los huesos no sea tan alto y que la inflamación del cartílago  sea menor. De este modo, nos ayudaría a prevenir y retrasar un posible deterioro óseo y a tener una práctica deportiva más duradera.

¿Cuánta glucosamina debo tomar?

La dosis recomendada de glucosamina es de 900-1500 mg. diarios, repartidos en tres tomas diarias aunque debemos tener en cuenta que en muchos de estudios se han usado entre 2000 y 3000 mg al día en varias dosis, sin haberse informado de efectos adversos en los mismos.

¿Qué beneficios tiene la glucosamina?

El principal beneficio de la glucosamina es la aminoración de los síntomas de osteoartritis, pudiendo reducir el progreso de la enfermedad.

Otro efecto positivo de este suplemento es la reducción del dolor en las articulaciones gracias al efecto analgésico que tiene sobre los síntomas de la osteoartritis de las caderas o las rodillas. También puede ser muy útil en el caso de que hayamos sufrido una lesión ósea, ya que podría ayudar en la regeneración de los tejidos, y en la rehabilitación, ya que permitiría aumentar el rango de movimiento de la articulación lesionada.

Otros beneficios secundarios que derivan de la toma de glucosamina son la mejora de los síntomas de la cistitis intersticial y de trastornos de disfunción sexual en hombres.

Para potenciar los efectos de la glucosamina es necesario que lo combinemos con algo de ejercicio de bajo impacto en el caso de que tengamos osteoartritis o dolor articular, ya que la combinación de ambos podría ser útil para aliviar dicho dolor.

Debemos tener en cuenta que la glucosamina sería un tratamiento alternativo a largo plazo y que necesitaríamos tomarla alrededor de 6 meses para evaluar si tiene beneficios significativos en nuestra salud. En el caso de que así fuera, deberíamos mantener su toma en el tiempo para seguir beneficiándonos de sus efectos.

¿Qué tipos de glucosamina hay?

En primer lugar tenemos el hidrocloruro de glucosamina (HCI), que es una molécula de glucosamina con ácido clorhídrico que al llegar a los intestinos libera glucosamina pura. Es la forma más básica de suplementación con glucosamina, aunque también parece ser la menos efectiva.

Después tenemos el sulfato de glucosamina, que al igual que la forma anterior de glucosamina también se libera en el intestino de manera pura, aunque el sulfato parece tener una biodisponibilidad mayor en los tejidos. Por ese motivo, sería más efectiva para nuestros huesos ya que el sulfato podría ser un factor protector óseo.

Por último, están las sales de sulfato de glucosamina, es decir, sulfato de glucosamina formado dentro de sal de cristal. Tienen la ventaja de ser igual de efectivas que el sulfato de glucosamina por separado, pero con la comodidad de poderse tomar en una única dosis. Sin embargo, no está probado que su eficacia sea mayor que la de sulfato de glucosamina.

Es importante que a la hora de elegir un suplemento de glucosamina, comprobemos que este provenga de una fábrica fiable, ya que no todos los suplementos contienen la cantidad exacta de glucosamina que se indica en la etiqueta.