El conocimiento a la hora de consumir alimentos es la mejor manera de saber combinarlos, ya que al fin y al cabo suelen estar compuestos de diferentes sustancias que pueden ser incompatibles entre sí y pueden afectar a nuestro organismo. Simplemente con algunas nociones básicas podremos mejorar la ingesta de este tipo de alimentos.
Antes de nada debemos tener en cuenta que las frutas se deben agrupar en varios tipos diferentes en función de su composición. La mezcla de estos tipos es lo que puede hacer que resulten indigestas o molestas para el organismo.
- En un primer grupo estarían las frutas consideradas neutras en las que vamos a destacar las siguientes: Aguacate, coco y los frutos secos en general.
- Como segundo grupo vamos a señalar las frutas llamadas dulces por su mayor cantidad de fructosa: albaricoque, ciruela, manzana, sandía, plátano, melón, uvas, nísperos, papaya, cereza, guayaba, higo, pera…
- Otro grupo serían las consideradas como semi-ácidas: fresa, manzana verde, ciruela, granada, lima, melocotón, mandarina, frambuesa, mango…
- Por último tendríamos las frutas consideradas ácidas: arándano, limón, piña, uva, maracuyá, pomelo, mora, tamarindo, kiwi, naranja…
Mezclas de frutas que pueden ser molestas
Sabiendo estas diferenciaciones lo mejor es decantarnos siempre por consumir a la vez frutas de las mismas características o tipo de acidez, para así facilitar al máximo las digestiones y evitar mezclas incómodas para la salud. El problema está sobre todo en el PH de las mismas y en el efecto que esta mezcla puede desencadenar en el organismo.Seguro que en más de una ocasión nos hemos preparado un zumo de zanahoria con naranja debido a la alta concentración que tiene de vitamina A y C y lo saludable que es para el organismo. Pero puede ser igual de perjudicial, sobre todo para el estómago, ya que aumentará la acidez, debido a que estimula la secreción de bilis.
Las frutas dulces no deben dejarse mucho tiempo al aire. Lo ideal es consumirlas cuanto antes, ya que debido a su concentración de fructosa y el contacto con el oxígeno, pueden convertir esta sustancia dulce en arsénico fruto de la oxidación y causar en nuestro organismo malestar.
Otra mezcla de vemos evitar a ser posible, es la de la piña con los lácteos. Es muy habitual mezclar la piña con nata, todo un error, ya que la bromelina de la piña al entrar en contacto con las sustancias que contienen los lácteos generan una sustancia que en muchas personas puede ser indigesta y afectar al estómago en forma de gases, dolor estomacal, diarrea, nauseas...
Por ello es importante que seamos cabales a la hora de ingerir fruta, ya que sí es cierto que es un alimento saludable y aparentemente inofensivo, puede ser muy molesto si no tenemos en cuenta sus instrucciones. Por ello con quedarnos en la mente el listado de tipos de frutas nos servirá para saber diferenciar.
