juanluvenegas

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viernes, 7 de noviembre de 2014

OTRA HORMONA, LA INSULINA.....

Reiterando un poco en el tema las hormonas, hoy me gustaría dejaros algunas pinceladas sobre la insulina que nos ayudarán a comprender un poco mejor el comportamiento de los carbohidratos en el organismo y las consecuencias de un uso desmesurado de los alimentos dulces y/o procesados.

La insulina es una sustancia esencial, cuya principal función es la de procesar el azúcar en la sangre y llevarla a las células para ser utilizada como combustible o almacenada como grasa.

 Una causa principal del exceso de insulina en la sangre es el consumo excesivo de azúcar o carbohidratos típico de la dieta hoy en día. Esto incluye a los hidratos de carbono pobres en nutrientes como los alimentos procesados, bebidas azucaradas y refrescos, alimentos bajos en grasa envasados, junto con una ingesta insuficiente de proteínas, una ingesta de grasa inadecuada y el consumo deficiente de fibra alimentaria.

 FUNCIONAMIENTO DE LA INSULINA




La resistencia a la insulina también puede atribuirse a la falta de ejercicio, el exceso de alcohol, el estrés, una historia familiar de diabetes, presión arterial alta y exceso de grasa corporal, especialmente alrededor del abdomen.

Los niveles de insulina crónicamente elevados también pueden llevar a una condición pre-diabética llamada síndrome metabólico (o resistencia a la insulina)  que promueve la ganancia de peso.

Una posible solución natural al problema es elevar el consumo de proteína. Consumir unos 20 a 25 gramos en cada comida y unos 15 a 20 gramos en las meriendas y desayunos es probablemente un buen comienzo. Los hombres deberían añadir un extra de 10 g de proteína por comida y 5 g por merienda.

La ingesta mayor de proteínas mantiene el azúcar en la sangre equilibrado y los niveles de insulina bajos – una necesidad metabólica para el control del apetito y la pérdida de grasa. La proteína también brinda un golpe hormonal, ya que estimula la actividad de muchas de nuestras hormonas para quemar grasa y controlar el apetito, cuando es consumida en las cantidades correctas. Una dieta alta en proteínas ayuda a eliminar la grasa obstinada del vientre.

La mejor opción de proteína es aquella baja en grasa, como pollo, pavo, queso magro, huevos y mariscos.