un déficit de vitamina D se ha asociado a mayor riesgo de lesiones, menor rendimiento y fuerza muscular, en un estudio publicado en 2010.
Asimismo, la falta de vitamina D se vincula a mayor proporción de grasa corporal y a una disminución de fuerza muscular. Y en una investigación realizada con mujeres de entre 16 y 22 años, se observó que quienes tenían niveles bajos de vitamina D en su organismo tenían proporciones mayores de infiltración grasa en músculo, independientemente de la adiposidad y el peso corporal.
El déficit de vitamina D conduce a la debilidad muscular y en personas mayores, cuya fuerza muscular sufre un deterioro, podría revertirse esta tendencia con el uso de suplementos de esta vitamina, como se ha demostrado en un estudio.
También en niños se ha observado que quienes tienen mayor fuerza, potencia y rendimiento muscular tienen en su organismo niveles superiores de vitamina D.
Se piensa que la presencia de receptores de vitamina D en los músculos esqueléticos es prueba de la gran importancia de este nutriente para el correcto funcionamiento muscular, pues la vitamina permitiría el ingreso al músculo de calcio y otros componentes indispensables para la contracción muscular, e incluso, para la síntesis de proteínas.
Entonces, la vitamina D que cuida de huesos y dientes, así como de las defensas del organismo, es clave para tener unos músculos sanos y fuertes, por lo que mediante la dieta o con unos minutos diarios de exposición al sol podemos garantizar su presencia en cantidades adecuadas en nuestro organismo.