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jueves, 24 de abril de 2014

EL EJERCICIO FÍSICO COMBATE LA HIPERTENSIÓN


La hipertensión arterial afecta aproximadamente al 20% de la población adulta de la mayoría de los países, es la primera causa de mortalidad y motivo de gran número de consultas dentro de las afecciones del aparato circulatorio.
Es el factor de riesgo más importante para la enfermedad cardiovascular y cerebrovascular, y a menudo, puede asociarse con otros factores de riesgo tales como la dieta, elevación de lípidos en sangre, obesidad, tabaquismo, diabetes mellitus e incluso la inactividad física (sedentarismo)

Efectos de la actividad física sobre la persona hipertensa

Entre los efectos más destacados encontramos:
  • Efectos sobre el apetito y la obesidad: hacer ejercicio no produce aumento de apetito como mucha gente cree. Por el contrario se produce un cierto rechazo por los alimentos grasos y se modifica favorablemente la composición corporal.
  • Efectos sobre la masa muscular: con el paso de los años se va perdiendo el tono y la fuerza muscular lo que puede provocar la redistribución de la grasa por la falta de sujeción de la musculatura por ejemplo en la zona abdominal y con mayor predilección en las mujeres.
  • Efectos sobre la masa ósea: el ejercicio produce la disminución de la pérdida de masa ósea al favorecer la entrada del calcio en el hueso.
  • Efectos sobre las articulaciones: se reduce la aparición de artrosis.
  • Efectos sobre la velocidad psicomotora: se mejora la velocidad de movimientos, el tiempo de reacción y la coordinación de los movimientos.
  • Efectos sobre el insomnio: el ejercicio aumenta las ondas lentas y disminuye el tiempo de movimiento durante el sueño, lo que favorece el descanso.

El ejercicio como herramienta para controlar la tensión

El ejercicio provoca una disminución de la presión arterial en los diez minutos siguientes a la realización del mismo, por lo que no podemos tomarnos la tensión justo después de hacer actividad física porque los valores serán engañosos.

El ejercicio físico ideal en el hipertenso sería aeróbico de una duración de unos aproximadamente 30 a 60 minutos, lo cual podríamos ir aumentando con el paso del tiempo. El rango de pulsaciones no debería sobrepasar nunca el 70% del máximo y la frecuencia ideal sería hacerlo sobre unas 3 a 5 veces por semana.

El entrenamiento ideal sería aquel en el que combinamos programas aeróbicos con programas o ejercicios de fuerza, ya que está demostrado que es lo que mayor efecto produce sobre la reducción de la tensión.

En la realización de ejercicios de fuerza tales como el levantamiento de pesas, es conveniente y muy importante tener en cuenta el factor respiración con el objetivo de reducir la presión interna. De esta forma intentaremos inhalar en los momentos de menos esfuerzo y exhalar en los momentos de máximo rendimiento.

El ejercicio físico se convierte en un medio ideal en el hipertenso para paliar esa patología. El entrenamiento ideal sería aquel en el que combinamos programas aeróbicos con programas o ejercicios de fuerza, ya que está demostrado que es lo que mayor efecto produce sobre la reducción de la tensión.