juanluvenegas

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viernes, 21 de febrero de 2014

SACIEDAD AL COMER, ¿CONTROL MENTAL O NATURALEZA DE LOS ALIMENTOS?


Hace millones de años, comer era una actividad puramente realizada para la supervivencia, mientras que hoy en día, se ha convertido en algo más allá de lo fisiológico y energético, el apetito es lo que nos impulsa a comer, ingiriendo un número determinado de calorías y la saciedad es la encargada de hacernos parar.

En alguna ocasión podemos pensar que comer menos nos va ayudar a adelgazar de forma más rápida, pero esto mayoritariamente no es así. Sabemos que para poder eliminar la grasa corporal, debe existir un déficit calórico, es decir, debemos comer menos calorías de las que gastamos.

Pero si decidimos intentar hacer esto de forma drástica, puede suceder que realicemos una comida tan baja en calorías que al llegar a la siguiente comida, se produzca un efecto rebote contrario y consumamos una cantidad muchísimo mayor de la que realmente necesita nuestro cuerpo, precisamente por la poca saciedad que obtuvimos en la primera comida.

Podríamos pensar que la saciedad debería ser regulada por nuestro cuerpo de forma eficaz, al igual que es capaz de regular la respiración, el hecho de dormir o incluso beber.
Sin embargo, más allá de lo común, la saciedad es bastante compleja. Combina distintas señales y percepciones del cerebro y se regula mediante hormonas.

Entre los factores más destacados en el control de la saciedad, podemos hablar de la ocupación del estómago junto con las calorías ingeridas, además del contenido en fibra y la palatabilidad.

La ocupación del estómago es regulada por los nervios y sensores que se encuentran en el estómago, encargados de enviar señales al cerebro para indicar que ya estamos llenos, es decir, saciados.

Si introducimos en nuestro organismo alimentos que poseen gran cantidad de nutrientes y agua, ocuparán un mayor volumen aportando menos calorías, provocando que estemos saciados antes de tiempo. Por eso ingerir vegetales, frutas, carnes y pescados frescos ayudará a producir dicho efecto.

Los alimentos ricos en fibra, como vegetales, frutas , frutos secos y legumbres, ayudan también a aumentar dicha saciedad.

En cuanto a la palatabilidad de los alimentos, pasa justamente al contrario, los alimentos que más “ricos” nos parecen, son los que menos nos sacian. Por esta razón , cuando nos encontramos frente a un plato de patatas fritas, bollos, dulces o derivados, no somos capaces de controlarnos y comer solo uno, sino que nuestro cuerpo nos pide unos cuantos.

También influye la textura y el procesado de los alimentos. A nuestro cuerpo le va a costar menos digerir alimentos líquidos o procesados, que alimentos naturales y crudos, otro factor determinante en la saciedad.

Conclusiones sobre la saciedad

Como conclusión final, sólo puedo deciros que la saciedad tiene un componente mental muy alto, relaiconado con el autocontrol,  pero si es cierto que mientras más natural y nutritivo sea un alimento, más fácil será sentirnos saciados. Huye de los alimentos procesados, la bollería industrial y los alimentos de textura suave como el chocolate y las golosinas. Evita los refrescos y los alimentos excesivamente dulces porque actuan como potenciadores del apetito. Y sobre todo ¡¡¡¡APRENDE A DECIR NOOO!!!!