juanluvenegas

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jueves, 23 de mayo de 2013

MÁS SOBRE LOS CALAMBRES MUSCULARES....

 

Tipos de calambres

Los calambres musculares son contracciones involuntarias de uno o varios músculos que se producen de forma repentina. Ahora bien, un deportista puede experimentar diferentes tipos de calambres durante el ejercicio, de diferente etiología:
  • Calambres musculares localizados: se dan durante la actividad, y suelen aparecer por la fatiga y a la falta general de acondicionamiento (Schwellnus y cols., 1997). Pueden aliviarse con estiramientos, hielo y masajes.
  • Calambres asociados con la sudoración:  tienen una presentación y causa diferentes, los grupos musculares afectados se distribuyen más ampliamente y no responden al tratamiento local. Aparecen durante el ejercicio prolongado en condiciones de calor, y progresan desde una sensación molesta hasta un dolor debilitante. Bergeron describió la aparición de estos calambres como una sensación de espasmo o fasciculación en grupos musculares voluntarios como los de la pantorrilla o el muslo, que suelen notarse cuando el deportista se encuentra en reposo durante un descanso del partido. En los siguientes 20-30 minutos los síntomas aumentan y los calambres aparecen más desarrollados y distribuidos, produciéndose la contracción de varios grupos musculares a la vez y extendiéndose hacia las fibras adyacentes, con la sensación de un calambre que se mueve a lo largo del cuerpo.

Prevención de calambres musculares

Anteriormente ya  hemos comentado que en los casos de calambres musculares localizados y que no tienen que ver con la pérdida de sodio en la sudoración, la estrategia de prevención y tratamiento se basa en estiramientos músculotendinosos antes y después de las sesiones de entrenamiento, y de hielo y masajes, después de las mismas en el caso de que se hayan producido.
En cuanto a los calambres producidos por la sudoración y/o en condiciones de calor la estrategia descrita anteriormente no tiene resultados positivos, y por lo tanto los pasos a seguir serían los siguientes:
  • Hacer un seguimiento de las pérdidas de líquidos durante el ejercicio mediante el control de los cambios de la masa corporal durante el ejercicio.
  • Detectar la presencia de sal seca en la piel después de una sudoración elevada, lo cual indica una alta concentración de sodio en el sudor.
  • En el caso de presentarse los factores de riesgo descritos anteriormente, desarrollar estrategias de rehidratación en las 2-6 horas posteriores al ejercicio, reemplazando la pérdida de líquidos en un 150% del volumen perdido y consumiendo sodio con los alimentos.
  • Tomar bebidas para deportistas y soluciones de rehidratación oral, consumir alimentos ricos en sodio y agregar sal en la preparación de comidas.
  • Añadir sodio a los líquidos consumidos durante el ejercicio. por ejemplo, agregar 1,5 gramos de sal a cada litro de agua. Los productos específicos para reposición de electrolitos son útiles porque proporcionan un régimen de reemplazo de sodio estandarizado.
  • Ante el primer signo de calambres, consumir una bebida rica en sal con, por ejemplo, 3 gramos de sal (media cucharadita de café) en una botella de 600 ml.