juanluvenegas

juanluvenegas

miércoles, 10 de abril de 2013

LA SENSIBILIDAD A LA INSULINA



La insulina es una hormona muy desconocida por todos nosotros, pero no debería ser así ya que es necesario conocer cómo funciona y aprender a controlarla, porque entre otras cosas, es la hormona culpable de que almacenemos grasa y a la vez es capaz de mejorar la síntesis de proteína y generar más masa muscular.

Cuándo y cómo actúa la insulina en nuestro cuerpo

Después de una comida, los carbohidratos son descompuestos en glucosa y ésta entra en el torrente sanguíneo lista para ser utilizada en forma de energía.
En la mayoría de ocasiones, parte de esta glucosa no es utilizada de forma inmediata y debe ser almacenada por las células del hígado,células del músculo y células grasas ya que no pueden quedarse en el torrente sanguíneo porque producen toxicidad. Es ,en ese momento, cuando el páncreas empieza a segregar insulina para permitir que esa glucosa entre en dichas células.
El problema empieza cuando las células musculares y hepáticas están llenas y se hacen resistentes a la insulina. En muchas ocasiones llenas, por culpa de llevar una vida sedentaria. Estas células no responderán a dicha hormona y no dejará que la glucosa se almacene en sus células. Esa situación, provoca que el páncreas deba generar más insulina para que la glucosa sea eliminada del torrente sanguíneo y sea automáticamente almacenada en las células adiposas, en forma de grasa saturada.

Por lo tanto, necesitamos que nuestras células hepáticas y musculares sean lo más sensibles posible a la insulina para poder recibir el máximo de glucosa, ser almacenada y utilizada de la forma más eficiente.
Mucha gente se equivoca y piensa que la segregación de insulina es perjudicial para el cuerpo porque hace almacenar más grasa. Ese pensamiento, nos lleva a intentar mantener los niveles de insulina muy bajos comiendo menos carbohidratos en la dieta.
La idea no es buena, ya que puede llegar un momento en que sea perjudicial. Segregaremos tan poca insulina que no realizará su función de forma correcta y notaremos falta de energía, estancamiento de la grasa corporal e incluso un posible futuro efecto rebote que hará que ganemos más grasa.

Lo ideal, no es reducir nuestros carbohidratos hasta eliminarlos, sino intentar llevar una vida sana y equilibrada y convertir las células hepáticas y musculares lo más sensibles a la insulina posibles. Así, podremos adaptar la dieta a cada persona y poder proporcionarles una dieta sana y lo más importante, equilibrada y con carbohidratos.

Como conseguir ser sensibles a la insulina

Estudios recientes demuestran que el entrenamiento aeróbico combinado con el entrenamiento de pesas aumentan la sensibilidad a la insulina, mejoran la salud metabólica y el control de la glucemia en sangre.