La recuperación se inicia justo antes de empezar el entrenamiento. Si, habéis oído bien. Es el primer paso. Comenzar bien hidratados y bien alimentados.
La parte central de la rutina de recuperación
Una vez ha terminado el ejercicio, los primeros diez minutos son para la vuelta a la calma. Rodaremos a un ritmo muy suave para que los músculos ganen en elasticidad y eliminen de una forma más eficaz los productos de desecho. Los siguientes diez, son para estirar. No hay que forzar demasiado, hay realizarlos algo más estáticos y largos que los del calentamiento pero sin pasarse. Si quiero ganar elasticidad o flexibilidad, la trabajaré en otro momento.Después, 600ml de agua y una buena ducha. Hay quien en ese momento, utiliza hielo o agua bien fría para bajar la inflamación y relajar la musculatura, ahora existen estudios en los que se demuestra que es contraproducente.
A los 30-40 minutos después de haber acabado, un suplemento de 30 gr de proteína y plátano, nueces, almendras, dátiles, frutas desecadas, etc.
La parte final de la rutina de recuperación
En las siguientes dos horas, una comida completa. Hay que centrarse en tomar proteínas, carbohidratos con bajo IG y grasas saludables. Trata de comer una gran cantidad de verduras en esta comida para reducir la inflamación muscular y añadir vitaminas. De postre, un yogur desnatado y una buena infusión.Esta rutina de recuperación ayuda a recuperar antes y permite salir a entrenar al día siguiente con mejor tono muscular.