juanluvenegas

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viernes, 11 de enero de 2013

LA TESTOSTERONA, LA HORMONA DEL DEPORTISTA


La testosterona es la principal hormona que interactúa con el músculo esquelético, teniendo efectos directos e indirectos sobre el crecimiento del mismo.

Hay muchos estudios en los que se ha observado aumentos en la concentración de testosterona en la sangre periférica en hombres durante y después de muchos tipos de entrenamiento aeróbico de alta intensidad así como de entrenamiento de pesas. El entrenamiento aeróbico de resistencia de alta intensidad puede causar una respuesta catabólica muy marcada por parte del tejido, por lo que los aumentos en los niveles de testosterona pueden deberse a la necesidad de sintetizar proteínas para compensar la pérdida de las mismas, por lo que el entrenamiento aeróbico por lo general no induce el aumento de masa muscular. De hecho el estrés oxidativo puede promover un descenso de la masa muscular para optimizar el transporte de oxígeno al interior de la célula.

Respuesta de la testosterona en las mujeres

La concentración de testosterona en las mujeres es de 15 a 20 veces menor que en los hombres. No hay ningún estudio en el que se haya podido demostrar un aumento en los niveles de testosterona después de una sesión de entrenamiento de pesas. Pueden variar los niveles de testosterona basal, pero siempre como una característica individual y genética y no como respuesta a un determinado entrenamiento, por lo que esta hormona carece de importancia en cuanto a su relación con el entrenamiento de pesas en mujeres.

Adaptaciones de la testosterona al entrenamiento

La experiencia y el tiempo de entrenamiento son factores muy influyentes sobre los niveles de testosterona en reposo y después del ejercicio. En hombres adultos se observaron importantes aumentos de testosterona cuando el protocolo de ejercicio era el adecuado, es decir, varias series, de elevada intensidad, poco descanso y participación de la masa muscular adecuada.

Productos que “aumentan la testosterona”

Hay una larga de sustancias en el mercado que se venden como anabólicos naturales afirmando que pueden aumentar la concentración de testosterona bien estimulando la producción de la misma o bien actuando como precursores de la producción de esteroides. Todos estos beneficios están completamente infundados, pero la publicidad de estos productos parece muy convincente.

La testosterona se produce en el organismo a partir del colesterol. Por lo tanto la mantequilla pura, la cual es rica en colesterol, podría venderse justificadamente como un precursor de esteroides, aunque sabemos que por aportar más colesterol a la dieta de una persona sana no significa que aumenten los niveles de testosterona, porque el organismo ya produce mucho más colesterol de la pequeña cantidad que es necesaria para la producción de testosterona. La teoría de la mantequilla puede aplicarse a los anabólicos naturales.

Hay sustancias como la androstenodiona u otras como las conocidas sapogeninas que son precursoras de esteroides y capaces de producir testosterona en laboratorios químicos, pero no en el organismo humano porque carecen de las enzimas necesarias. Otros productos son contaminados de manera camuflada con esteroides anabolizantes para conseguir el efecto deseado. El boro, que según algunos fabricantes aumentan a concentración de testosterona en un 300% en menos de 14 días, puede de hecho provocar el efecto contrario y disminuir los niveles de testosterona; los fabricante se argumentaban interpretando los resultados en un estudio con mujeres posmenopaúsica.

Queda claro que hay maneras naturales y muy baratas de aumentar nuestros niveles de testosterona, sin jugarnos nuestros bolsillo con productos de dudoso beneficio ni nuestra salud con esteroides anabolizantes cuyos efectos adversos superan y con creces, a los beneficios, a pesar de la peligrosa popularidad que alcanza en el mundo del entrenamiento con pesas, inundando de mala fama a los que lo practicamos de manera sana y natural, que por supuesto somos una inmensa mayoría.