Un estudio publicado en la revista Metabolism afirma que las ganas de comer disminuyen sobremanera a la
hora de practicar de deporte, y que por ello es uno de los
mejores aliados a la hora de conseguir perder esos kilos que nos sobran.
El estudio se realizó con hombres sedentarios y con sobrepeso para valorar en ellos el efecto inmediato que generaba la realización de actividad deportiva. Se llegó a la conclusión de que la sensación de hambre y requerimiento
de nutrientes por parte del cuerpo era la misma en individuos sedentarios y activos, solo que los que realizaban actividad aeróbica tenían una mayor saciedad,
lo que les llevaba a consumir menos cantidad de alimento que al resto
de grupos que se mantenían exactamente igual que al comienzo del
estudio.
Según los datos recogidos por el estudio, los niveles de hormonas que
actúan a la hora de sentir apetito no variaron en absoluto, por lo que
el hambre seguía existiendo, pero la saciedad llegaba antes.
En este estudio se ha detectado que una sustancia, concretamente la
conocida como leptina, que es la encargada de informar al cerebro de que
no necesitamos más alimento en el estómago, aparecía en más cantidades
en los que realizaban ejercicio aeróbico.
Estos resultados demuestran que el apetito es más fácil de controlar
por las personas que practican actividad aeróbica, ya que además de
quemar más calorías, lo que conseguiremos será saciarnos mucho antes y
por lo tanto hacer mucho más efectiva la actividad a la hora de
controlar el peso de nuestro cuerpo.