Es muy común ir con un compañero y comentar cuántas pulsaciones tenemos. Sin embargo es un error querer comparar pulsaciones.
La frecuencia cardíaca es algo muy personal y depende de muchos
factores, el tener menos pulsaciones que nuestro compañero no indica que
estemos en mejor condición física y viceversa.
Uno de los factores que afectan a las pulsaciones
es la edad. Conforme cumplimos años nuestras pulsaciones son más bajas,
por eso comparar pulsaciones con un compañero con el que tengamos mucha
diferencia de edad tiene poco sentido. Incluso con alguien que tenga
nuestra misma edad y con sensaciones similares de fatiga puede haber
diferencias en las pulsaciones.
La altura, el peso, la cantidad de masa muscular, el nivel de hidratación o el tipo de entrenamiento son más factores de los que depende el ritmo cardíaco,
además de la genética. Las pulsaciones hay que compararlas con las de
uno mismo a lo largo del tiempo, así sabremos si estamos mejorando a
nivel cardiovascular o si estamos sobreentrenando.
Es inevitable querer comparar nuestros datos de entrenamiento con los de compañeros,
pero debemos ser conscientes de que en ocasiones, como el caso de las
pulsaciones, las comparaciones no van a ser muy reales o acertadas