Con el paso del tiempo nuestra fisiología va sufriendo
modificaciones. Una de estas modificaciones es el perfil hormonal. Los
niveles de testosterona disminuyen de forma gradual con
la edad a partir de los 30 años.El 42% de los hombres mayores de 45
años tienen déficit de testosterona y se convierte en un 65% en personas
mayores de 60 años.
Como todos sabemos, la testosterona
es una hormona presente en el organismo de diversos animales. En el
hombre la testosterona se produce principalmente en los testículos, es
su hormona sexual. En el caso de las mujeres, la testosterona se produce
mayoritariamente en los ovarios aunque en menor cantidad.
La testosterona desempeña diversos papeles en nuestro organismo. Pero relacionado con el envejecimiento destaca el desarrollo del tejido muscular, la masa ósea y la fuerza. El problema es que nuestro perfil hormonal se ve mermado a causa del envejecimiento.
Los niveles bajos de testosterona
están relacionados con una disminución de la masa muscular y ósea así
como la fuerza y habilidad mental. Además, concentraciones bajas de esta
hormona podrían causar depresión, menor vitalidad y aumentar el riesgo
de enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer de próstata y derrame
cerebral.
Como hemos visto antes, el 42% de hombres mayores de 45 y el 65% mayores de 60 tiene déficit de testosterona.
Con la previsión actual de la esperanza de vida, resulta bastante obvio
que la mayoría de la gente pasará la mitad o más de su vida con déficit
en esta hormona lo cual repercutirá en su estado de salud y calidad de
vida (calidad de vida = masa
muscular).
Desde la medicina se recomienda
incrementar la capacidad de ejercitarse para mejorar la salud y unos de los motivos es el aumento de la testosterona, ya que el entrenamiento físico es precursor de esta hormona. A los ya sabidos, beneficios de la práctica de ejercicio físico, hay que sumarle el aumento de testosterona como medio de retrasar el envejecimiento.