juanluvenegas

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lunes, 25 de julio de 2011

PARA SER CAMPEÓN NO BASTA CON ENTRENAR.......

Cuando en una competición se reparten 5000€ en premios, 1000€ por categoría, salen piragüistas hasta "debajo de las piedras", eso mismo ocurrió en Vilanova i la Geltrú (Barcelona), este fin de semana en la 4ª prueba de la Copa de España. Con una participación dónde no faltaba nadie, y es que "el dinero es muy goloso", la batalla se prometía interesante para repartir tan suculento botín.....
La gente que hace deporte, sabe que hay días en los que el cuerpo no va, y no va..., y otros en los que sientes por dentro esa chispa, ese impulso irrefrenable, esos días en los que el organismo recueda los duros entrenamientos y se muestra en su máxima expresión.

El sábado salí a competir "enganchado a la locomotora", me sentía en plenitud total y las sensaciones eran inmejorables; con un mar revuelto que ofrecía olas de un metro, la cosa sería cuestión de fuerza y habilidad. Pronto me puse en cabeza y navegaba frenético hacia la ciaboga, mis rivales iban perdiendo metros y a falta de 5 kilómetros, ya disfruta de 4 minutos con el segundo clasificado. Pero el deporte, a veces, gasta bromas crueles, "si no que se lo pregunten a piloto de rallies Carlos Sainz.....", esta vez me tocó a mí.

Me encontraba a 25 minutos del oro, de 500€ de premio, y del primer escalón del podium, y en un golpe de mar que retorció mi barco, perdí el timón de raíz. Imagino que estaría castigado, tal vez por las vibraciones de 1000 km en coche, porque no se entiende que un eje de acero se rompa de esa manera, aunque no es la primera vez que ocurre....


                                          Aquí podeis ver que sólo quedó la cabeza del eje.

Para que os hagais una idea, navegar sin timón en un mar con olas de costado de un metro de altura, es como llevar una bici sin manillar; la piragua queda a merced de las olas y es imposible llevar un rumbo en línea recta. Mantener la cabeza fría en esa situación es muy dificil, os prometo que casi arranco a llorar, pero mi frase favorita es "el primero que se rinde, pierde...", y comencé a remar haciendo "eses", declarandole la guerra a la gravedad cuando las olas giraban mi barco a su antojo.

Con mucho sufrimiento iba recorriendo metros, aunque mis perseguidores lo hacían al doble de velocidad. Estaba tan ensimismado en el esfuerzo y tan pendiente de no volcar, que al levantar la cabeza observé que la meta estaba a menos de un km, por un momento pensé que iba a conseguirlo, pero es más cruel si te alcanzan en la recta de llegada, y así ocurrió. 

 Afortunadamente, pude entrar segundo, y es que podía haber sido peor porque el tercero y el cuarto estaban a un suspiro de alcanzarme.

Podeis imaginar lo que me dijo el ganador en el podium, lo típico, lo que siempre se dice: "mala suerte chaval, otra vez será...." y esas palabras se clavan en el corazón como alfileres, pero no queda otra que felicitar al campeón, levantar la cabeza y arreglar el timón lo antes posible.....

Al final me tocó la plata y la mitad del botín, pero muy feliz porque he comprobado que estoy haciendo las cosas bien con los entrenamientos y porque me he demostrado a mi mismo que soy un luchador incansable...