¿Debemos entrenar cuando estamos enfermos?, la respuesta es NO en caso de que el entrenamiento sea exigente, pero en cambio hacer
algún tipo de actividad al aire libre nos ayudará en nuestra
recuperación.
EL SISTEMA INMUNOLÓGICO
Cada día nos enfrentamos a miles de
bacterias, virus, hongos, parásitos… Estos “invasores” nos suelen atacar
por las vías respiratorias superiores, causándonos
resfriados, tos, sinusitis, amigdalitis, infecciones de la garganta… por
suerte tenemos un sistema inmune que nos protege de todo esto, sin él
no tendríamos nada que hacer. Estas
células interactúan con los “invasores” a través de los ganglios
linfáticos, el bazo y las membranas mucosas. Esto significa que primero
hacen contacto en la boca, el intestino, los pulmones y las vías
urinarias.
Nuestro sistema inmunológico innato
(natural) es nuestra primera línea no específica de defensa, que se
desarrolla cuando somos jovenes, e incluye:
- Barreras físicas / estructurales (como la mucosa en los pasajes nasales).
- Barreras químicas (como los ácidos del estómago).
- Células protectoras (las células blancas de la sangre que pueden destruir invasores dañinos).
Luego está el sistema inmunológico
adaptativo (adquirido). Este es un sistema más sofisticado compuesto de
células y procesos altamente especializados. Se activa cuando se supera
el sistema inmune innato.
El sistema inmune adaptativo ayuda a
combatir las infecciones mediante la prevención de los agentes patógenos
de la colonización y por la destrucción de los microorganismos como
virus y bacterias.
Los glóbulos blancos maduran en el timo y
la médula ósea, y, aunque parezca increíble, tienen una especie de
memoria, y una vez que “reconocen” un patógeno específico, se movilizan
de la forma más eficaz para luchar contra ella.
La respuesta inmune adquirida es la base
de la vacunación. Sometemos a nuestro cuerpo a una pequeña dosis de un
agente patógeno, y gracias a esto, sabremos qué hacer cuando nos
enfrentemos a una dosis más grande.
ENTRENAR CUANDO ESTAMOS ENFERMOS
El entrenamiento genera estrés en nuestro cuerpo, y
cuando estamos sanos, nuestro cuerpo puede adaptarse fácilmente este
estrés. Con el tiempo, esta adaptación progresiva es precisamente lo que
hace que estemos en forma y que seamos más fuertes.
Pero cuando estamos enfermos este estrés
generado por una dura sesión de entrenamiento puede ser demasiado para
nuestro sistema inmunológico.
Después de una dura sesión de ejercicio
prolongado somos más susceptibles a la infección. Por ejemplo, correr
una maratón puede deprimir temporalmente el sistema inmune adaptativo
para un máximo de 72 horas. Esto explica el por qué tantos atletas de
resistencia enferman después de la actividad. Sin embargo, una breve
sesión de ejercicio no causa el mismo efecto inmunosupresor. De hecho,
una sesión de ejercicio moderado puede aumentar la inmunidad en personas
sanas.
El entrenamiento de resistencia parece
estimular nuestra respuesta innata (pero no adaptativa), mientras que el
ejercicio moderado parece fortalecer el sistema inmune adaptativo.
Realizar ejercicio moderado y
entrenamientos de resistencia puede fortalecer el sistema inmunológico
con el tiempo. Así que es mejor que dejes los entrenos duro para cuando
estés sano.
Al mismo tiempo, los ejercicios de
intensidad alta o las largas sesiones de ejercicio pueden interferir con
el sistema inmune. Así que tómalo con calma cuando estés enfermo.
Un grupo de científicos recopiló datos sobre los hábitos de ejercicio y la gripe, encontrado lo siguiente:
- Las personas que nunca hacían ejercicio enfermaban con bastante frecuencia.
- Las personas que se ejercitan entre tres veces a la semana y una vez al mes se encontraban en el mejor rango.
- Las personas que se ejercitaban más de cuatro veces a la semana enfermaban con más frecuencia.