La
masa corporal magra, en concreto la
muscular, contribuye de manera directa en la capacidad de producir
fuerza y en el
rendimiento físico así como en la sensibilidad a la insulina y el metabolismo en general. Por supuesto que también se consiguen unos
beneficios fisiológicos y estéticos con esta
disminución de grasa corporal.
La meta de muchos deportistas, sean profesionales o no, es la de
disminuir el porcentaje de grasa corporal intentando aumentar la masa
magra mientras de manera simultánea se pierde tejido adiposo.
La mayoría de las veces que se pierde grasa corporal también se produce el indeseable efecto de la pérdida de masa muscular.
De hecho, alrededor de un cuarto del total de peso perdido en
cualquiera de las dietas típicas bajas en grasa corresponden a la masa
magra. Debe encontrarse una dieta que ayude a disminuir el peso
pero que preserve la masa libre de grasa. La combinación de una
restricción calórica y el ejercicio puede tener un fuerte efecto sobre
la mejora de la composición corporal, por lo que el tipo de dieta así
como el programa de entrenamiento tienen una vital importancia en dicha
mejora.
Basándonos en la evidencia que nos demuestra la cantidad de estudios
científicos recientes que hay al respecto, podemos decir que el método
más eficaz para disminuir el peso corporal y el porcentaje de grasa, así
como incrementar nuestra masa magra, es el de combinar una dieta baja en carbohidratos y un programa de entrenamiento de fuerza.
Además no sólo conseguiremos unos cambios notables a nivel estético,
sino que los beneficios sobre nuestra salud serán muy significativos,
pues mejoraremos nuestro perfil metabólico incluso cuando los niveles de
peso corporal se estabilicen.