En el mundo deportivo podemos decir que hay tres grandes pilares: entrenamiento, descanso y alimentación. A menudo la alimentación suele ser el pilar más descuidado para el deportista.
Muchas veces se entrena muy duro y no se producen los resultados
esperados, ¿qué puede pasar? La respuesta suele estar en una mala
planificación dietética.
Tenemos un ejemplo claro en la gente que
va al gimnasio a ganar masa muscular. Realiza religiosamente sus
entrenamientos pero no logra ganar músculo y no encuentra explicación. En musculación la alimentación tiene muchísima importancia,
podemos decir que su peso es del 30-40%. Aportar las proteínas
adecuadas en calidad y cantidad cobrará mucha importancia, al igual que
saber elegir los hidratos de carbono y cuándo ingerirlos.
Vayámonos
ahora a otro deporte totalmente diferente, la carrera. Si corremos
habitualmente con el objetivo de mejorar nuestras marcas el aporte de hidratos de carbono es fundamental.
Antes de entrenar para tener los depósitos de glucógeno llenos y
después para recuperar lo antes posible. También es importante el aporte
de proteínas, que en este deporte suele descuidarse, al igual que la
hidratación, que es un factor que limita el rendimiento.
En definitiva, un deportista que se preocupa por planificar los entrenamientos, también debería preocuparse por planificar la dieta.
Si antes o después de entrenar ni nos paramos a pensar qué alimentos o
nutrientes necesita nuestro organismo, es como llegar a entrenar y hacer
los primero que se nos ocurra, sin tener en cuenta nuestro estado de
forma o lo que hicimos ayer.
Si llevas tiempo entrenando duro y no ves resultados, plantéate un cambio en tu dieta. Analiza las necesidades de tu deporte y diseña una dieta acorde a tus necesidades.