Recientemente, un amigo que se encuentra convaleciente tras una intervención quirúrgca, me envió una foto de su desayuno..., en ella pude observar como aparecía un gran vaso de zumo junto al tetra brick de donde la había servido. Muchas personas seducidas por los mensajes de fantasía (zumo de frutas, leche más frutas, energético, antioxidante, etc.) de este tipo de bebidas, opinan y están en la creencia que con estos zumos ingieren un alimento saludable y beneficioso para su organismo, y se encuentran muy lejos de la verdad.
La mayoría de estas bebidas y zumos, contienen una cantidad ingente de azúcares, tanto es así que un solo vaso puede contener hasta 42 gramos de azúcar o derivados.
Me gustaría compartir en forma de imagen la cantidad desorbitada de azúcar en muchas de estas bebidas que consumimos día a día.
Otra de las bebidas que se suelen consumir en abundancia son los cacaos
solubles (cola cao), en los que simplemente en 15 gramos de producto (cacao + 150
ml de leche), nos llevamos alrededor de 23 gramos de azúcar.
Es grande la evidencia científica que hay sobre la relación entre
aumento de peso e ingesta de bebidas. Quien actualmente niegue la
existencia de estas pruebas, simplemente no lo quiere ver. De hecho,
instituciones importantes en materia de Nutrición como la Universidad de
Harvard, ya han predicado la total eliminación o reducción drástica de
bebidas en la alimentación diaria.
Incluso bebidas etiquetadas como light o zero contienen edulcorantes que causan el mismo efecto sobre la insulina que sus hermanas azucaradas.
A diario, por mi trabajo, veo como el desayuno de los niños es acompañado por muchas de estas bebidas, y en la mayoría de los casos como sutitutivo de las frutas; no podemos llevarnos al engaño, una pieza de fruta o un zumo recien exprimido para nada se parecen a estos engañosos sucedáneos.
Además del aporte calórico, lo que realmente debería preocuparnos de estas bebidas, es el incremento importante de insulina en sangre que provocan y la resistencia a la misma a largo plazo. No olvidemos que un pico de insulina pone en modo ahorro a nuestro organismo, incorporando grasa a nuestro panículos adiposos.
La evidencia actual que existe sobre la relación de los refrescos
azucarados y obesidad es tan grande, que ya ninguna institución oficial
alimentaria deja dudas: hay que eliminar los refrescos de la dieta.