Los pollos de criadero comerciales a gran escala usan antibióticos, alimento balanceado, medicamentos, anabolizantes y tóxicos en todo el proceso de producción.
El pollo comercial puede afectar la salud de las personas si se consume en exceso ya que:
-Puede alterar el crecimiento de los niños propiciando una pubertad temprana por la cantidad de hormonas que tiene.
-Puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer.
-Producir alteración en el desarrollo de las mujeres embarazadas.
-Puede afectar al sistema hormonal provocando cambios bruscos.
-Puede conllevar a afecciones hepáticas.
-Puede agravar otras enfermedades para las que se está geneticamente predispuesto (alergias).
En cambio el pollo ecológico no tiene hormonas, antibióticos ni es expuesto a ningún toxico. Se alimenta de maíz y otros productos naturales y nada de origen animal.
La carne de pollo ecológico tiene menos grasa, más sabor y proteínas de mejor calidad.
El pollo de campo o de crianza ecológica mantiene todas las cualidades nutricionales que debe tener el pollo y no le aporta al cuerpo químicos peligrosos para la salud.
