La clave para tener un cuerpo en forma, bajo en grasa, no radica en utilizar métodos drásticos o dietas restrictivas,
sino en aprender a comer. Las pautas a seguir son: que comer, cuando comer y que quitarse de la dieta.
Aprende a comer
- Controla los hidratos simples:
un defecto de todo el mundo es comer hidratos simples sin control. Ven
la pirámide nutricional y como se recomienda a diario pan, cereales o
harinas se les va de las manos. No es necesario comer todo con pan, ni
tomar tanta azúcar, no lo es. El pan blanco, los cereales azucarados,
las galletas (de todo tipo), es mejor remitirlos al máximo.
- La fibra:
tenemos la idea de que la fibra no engorda y no es así, por mucha fibra
que tenga un alimento no quiere decir que engorde menos, sino que por
norma suele ser más saciante y ayuda a nuestro intestino, además de
bajar el índice glucémico de los alimentos.
- No a la comida basura:
cuando se habla de comida basura se piensa en pizzas, hamburguesas y
comida rápida, pero lo malo de esas comidas son las salsas y los
complementos como fritos y demás. Una hamburguesa no es tan mala si se
quita la mayonesa, el kepchup, si no se bebe un refresco azucarado. La
pizza con ingredientes naturales y frescos aporta mucho menos calorías
que una industrial.
- Saciate con fruta: nunca
optes por los tentempiés que nos venden como galletitas, sándwichs,
aperitivos, barritas y demás panaceas, no hay nada como la fruta para
esas horas muertas en las que nos entra el gusanillo. Aportan vitaminas
esenciales y sacian nuestro apetito de forma saludable.
- Desayuna siempre:
es costoso si no estás acostumbrado, pero un desayuno nutritivo hará
que te enfrentes al día con energía y con menos gula en las siguientes
horas. Nunca optes por galletas, sean del tipo que sean, lo ideal es
cereales integrales, avena, muesli con leche desnatada. Rellenarán tus
depósitos de energía, saciando tu apetito durante más horas.
- No te saltes comidas:
la clave no es no comer, eso no sirve de nada, come siempre que tengas
hambre, así no llegarás a la siguiente comida con un exceso de hambre
que hará que devores el pan o un exceso de comidas.
- Cena proteína y verduras:
olvídate de los bocadillos para cenar, pizzas o hamburguesas, opta por
alimentos proteicos como pescados, carnes magras, mariscos y acompáñalos
con verduras para saciar. Son cenas saludables y pueden ser muy
variadas.
- Menos salsas mejor: alimentos sin
salsas te ayudan a no comer pan, que aunque engorda lo que más engorda
es la salsa que acompaña a los platos. Si puedes optar por platos sin
ningún tipo de salsa mucho mejor.
- Comer ensalada:
si eres una persona sedentaria lo ideal es comer de primero una
ensalada. Hay mil formas de crear ensaladas ricas y variadas, con frutas
y verduras, con algo de arroz, o legumbres como lentejas o garbanzos.
Abusa de la lechuga, cuanto más verde más sacia tu apetito.
- Aprende a beber agua:
somos un 90% de agua y como tal este elemento debe ser imprescindible
en nuestra alimentación. Beber agua sirve de saciante, hidratante y
además ayuda a estar en un estado más sano eliminando las retenciones de
líquidos del cuerpo. Siempre puedes optar por bebidas sin calorías con
algo de sabor, pero sin abusar del gas que nos puede hinchar y no ayuda
en la digestión y asimilación de alimentos.
- No te prives de nada:
es indispensable no privarse de nada, así que márcate uno o dos días a
la semana para comerte esas onzas de chocolate que tanto te gustan, unas
bolas de helado o la tarta de manzana de tu madre. Lo importante es una
dieta equilibrada controlando las cantidades de los alimentos que no
debemos comer en exceso.